viernes, 17 de junio de 2011

Háblame.

''La sangre que va al corazón es témpera roja que endurece el tiempo''
Mi niña se compró una falda, creyendo que con ella conquistaría al farsante más grande habido por haber. Difícil es comprenderla, mi niña ve que su amor se deshace y aún así doliéndole el alma sigue tratando ir por un camino que ya ha finalizado, no ella, sino que todas esas palabras, palabras que se lleva el viento. Al idiota le da igual hacerla sufrir, no le importa que no la pase bien. Y los días van pasando, ¿hacia dónde va llegando este amor?, ya no somos los de antes, decía. Claro, claro... al principio le compraba tal y tal porquería, tales estupideces que dejaban sus ojos tan brillantes como el agua cristalina que corre por el sendero, por la ribera, por la cascada. Ojalá pase algo que te borre de pronto, para que mi niña deje de llorar, para que dejen de decir que hay que calmar su mal con cuántas pastillas que han encontrado. No quiero que me la rodeen más, déjenmela en su palacio de muñecas, que se vayan luego y que se vayan a Las Vegas. Mi niña dice que fue otra más, y lamentablemente no sé cómo hacer o decirle que no es así, esas palabras son exactamente lo que sucedió. El farsante se retiró en un flash, como si hubiera cometido el crimen más grande y absurdo que podría haber pasado. Y yo, soy el maldito obsesivo que tiene que ver todo desde afuera, cuando desearía poder estar en el lugar de aquel estúpido asqueroso que robó el corazón a mi magnífica princesa.

1 comentario:

Sólo comente. Acepto todo tipo de comentarios,hasta insultos:D, amenazas, blah me da igual. Pero trate de que no sea aburrido, porque me aburro fácilmente c: Atte. Gracias