martes, 18 de febrero de 2014

Little trouble girl.

No sé qué quiero hacer, de repente me pongo a pensar en las tonterías que hago, en los movimientos que antes eran sutiles, ahora son toscos, sin la delicadeza que supuestamente emitía, no sé qué me pasa, ahora y en este momento me siento totalmente desaprobada. ¿Será que verdaderamente te extraño? No sé qué significa el extrañarte, si pensándolo bien, no hay mucho que extrañar, pero pienso bastante en esa mirada, en esa sonrisa, en ese gusto que tenía tu boca, ¿por qué? ¿por qué? No quiero extrañarte, extrañar a la nada, el poco tiempo que imaginé más intenso, tampoco sé por qué me torturo tanto pensándote, fue tan poco el tiempo (sí, el tiempo es poco), no sé por qué, la verdad que tu belleza me gusta mucho, tu personalidad extraña también me atrae, me seduce todo lo que tenga que ver contigo.

Quiero escupirte en la cara, que te sangre la nariz, que cruzando la calle te grite un taxista zorra, porque quizás lo seas. (Que se note la autoreferencia) Fue un lapsus.

 Mis dedos se mezclaban en tu pelo, quería tocarte un poquito más, un rato, para jugar, sólo para jugar, me encantas, me encantas, y me seguirás encantando el próximo mes, y el siguiente al próximo. Que aparezca la dama que me quita el sueño, por la que respiro más rápido y entrecortado, adoro soñar con ella, aunque sean pesadillas, porque aparece, su silueta aprovechándose de la situación, su esencia erótica, su mirada que trama sexo, nada más que sexo, su sonrisa malvada, con sus dientes bien lavados, dientes casi perfectamente blancos, porque fumas, igual que yo.

Debo reconocer (creo que es el momento de escribirlo) que hace años que no me gusta un hombre, me siento bien así, no soy nada, aclaración, me encanta estar con niñas, me gussstan mucho.

Ella sabe que es la niña problema, la que no cumple sus promesas, que ni siquiera son importantes, ella cree que lo son, pero no valen nada, ella no vale nada porque predica, predicar es basura. Lo que siente adentro es malo, porque es una niña problema, nunca se sentirá conforme, siempre va rompiendo las reglas, intentando sólo ir contra el modelo repulsivo, la postergación de sí misma, se adentra a perseguir lo que quiera su acompañante, sea cual sea, da igual, sólo acompaña, alimenta egos y alimenta entretención, divierte a los demás pero a ella nadie la divierte, le cuesta encontrar emoción, para eso vive, para encontrarla, le dijeron que estaba escondida y que tenía que ir robando motivos, secuestrando objetos, admirando a la droga que más la lleve a un estado distinto, que no sepa donde está, porque no le importa nadie, tampoco sabe lo que significa respetarse, si para respetarse hay que hacer lo que ella quiere, lo que ella quiere es libertad, liberación, libérté total.

Y que no me hablen de conciencia porque de la tortura eres cómplice, sí, lo eres.