sábado, 2 de julio de 2011

Deseo.

Él y su hermosa cara desorientada, no sabiendo guiar ni siquiera su propia vida, eso le congelaba la mirada, que miraba hacia un horizonte sin reflejos perpetuos. Él decía que no estabas invitado a esta fiesta, que ocupabas su espacio y que te fueras de su vista, aunque quisiera tocarla y sentirla. Corrió finalmente insertándose en el bosque, llegó a lo más oscuro y sin vuelta atrás que pudo encontrar, seguía corriendo. No se detuvo en mucho, el cansancio no existía ya. Estaba en el suelo, su chaleco se ensució con tierra húmeda, se acostó ahí y llegó a la hora precisa su encuentro con tal persona. Se miraron y pasó lo que tenía que pasar. Boca abierta. Besos largos con lenguas que se movían, con saliva que pasaba entre sus bocas, a ella le gustaba recorrer con su lengua los dientes del personaje al cual besaba, para descubrir sus dientes y compararlos con los de otro, desnudos y a merced de un morbo sin fin, ella sintió primero el orgasmo, duró poco pero la excitación fue suficiente para que él reaccionara mordiéndole el cuello, dejándose llevar por el momento, siguieron por harto, no querían nada más que introducirse uno en el otro, ella gimió en dos oportunidades, a él le pareció lindo y no recuerdo si el episodio terminó o si antes de eso ambos se fueron al demonio.

1 comentario:

  1. El deseo es algo indomable. Algo que puede llevarte al primer orgasmo, también a un segundo, tercero, cuarto... Es algo que te muerde el cuello al mínimo audible gemido. El deseo es irse al demonio, figurativamente, claro.

    El deseo es eso que tan bien describió usted.

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Sólo comente. Acepto todo tipo de comentarios,hasta insultos:D, amenazas, blah me da igual. Pero trate de que no sea aburrido, porque me aburro fácilmente c: Atte. Gracias