sábado, 22 de septiembre de 2012

Armario que esconde verdades.

Vió el armario de su habitación en la que vive, ya que prácticamente no sale de allí y miró su ropa con detención. Vió que estaba lleno y ni siquiera le alcanzaba el espacio porque tiene ropa hasta en otros lugares de la casa, pero al mirar todas sus prendas no se sintió bien, de hecho podría decir que hasta su mirada cambió y se desfiguró, la extrañísima manera con la que días atrás lo miraba igual que como este día le provocaba un sentimiento placentero y hasta feliz , el verla toda amontonada, ni siquiera prolijamente ordenada le provocaba repugnancia a tal punto de querer quemarla, y yo como narrador de esta historia no estoy exagerando. Esta persona era sumamente negativa y materialista ya que la ropa o lo material en general llenaban el hueco de la gente, la que le importaba poco, y las pasaba a llevar sin remordimiento, algo cambió en ella, a pesar de que pasan las horas no la puedo comprender. Después de su pensamiento malévolo hacia lo que más quería se dio cuenta de su error y rompió en el llanto, se dirigió a la cocina y empezó a juguetear con los instrumentos que allí habían, como tenedores, cucharas, etc, en ese rato se sintió avergonzada por recuerdos que quería que volvieran, pero avergonzada porque ella salió lastimada y eso en su ego chocaba muy fuerte. A los minutos siguientes fue al lugar en el que se encontraba la lavadora, se sentó frente a ella y hasta que terminó el lavado de ropa delicada no dejó de admirar cómo giraba la ropa, exactamente quedaban 19 minutos, con lo que se sintió aliviada de no tener que esperar más al ver su chaleco color beige, ya que lo quería, lo quería abrazar, podría decir que fue inteligente su jugada, ya que la lavadora la programó con un secado medio para que no se achicara la preciada prenda. Entre las cosas que siguieron a ese episodio no son relevantes a lo que me detuve a observar fueron sus movimientos sutiles, y los otros que eran agresivos, su mirada ida y con aires de tristeza aunque también de grandeza, y su otra mirada compasiva pero fuerte y exigente. Es como si fueran dos personas distintas alojadas en un mismo cuerpo, quizás ese es el misterio y lo descubrí! Debería indagar a fondo en este caso, quizás consiga fama y dinero escribiendo sobre esta niña, observándola como ratón de laboratorio. Lo puntual es lo puntual, me he ido del tema varias veces, aunque la verdad tengo el don para las palabras y para hablar, me han elogiado varias veces catalogándome de ''buen orador''. Se acostó en su cama y tiró el chaleco beige sobre un mueble que tenía cachivaches encima, artículos que lo decoraban y prácticamente todo lo demás que estorbaba o era basura, ella no era sucia, pero era extremadamente floja y cómoda, prefería ver todo desordenado a tener que levantarse para acomodar las cosas y dejarlas en su lugar, pero cuando andaba con su faceta sumisa y cooperadora, se levantaba temprano, iba a la cocina donde estaba su madre y le preguntaba ''¿qué hago? hoy quiero limpiar'' y hacía tareas domésticas todo el día, sin sacarse su papel de pequeñita obediente, cuando terminaba la casa estaba reluciente en todo su esplendor, y al final de esos días, siempre, siempre rompía en llantos inquebrantables, de esos que tienen hasta pasión. Otros días era una persona frágil, en los que aceptaba abrazos ajenos y regalaba también algunos, salía con sus amigos superficiales y se reía por todo con un helado de agua en la mano, también llegaba a su casa a llorar. Su madre sólo cumplía con su labor en la que le veía un problema, no sabía cuál era, nunca lo entendió ni trató de entenderlo así que la llevaba con psicólogos y psiquiatras para que le dieran unas cuantas pastillas y así calmarla, ella sufría de cefaleas vasculares, dolores de cabeza profundos, jaquecas interminables, por eso no le ayudaba escuchar llantos por las noches, era un comentario egoísta pero la verdad no faltaba recalcarlo. Su papá no existía o mejor aún sólo existía y nada más, era un precipitado trabajador de labor y horas extras, cuando llegaba al hogar dormía, comía, lo atendían un poco para que no sacara en cara cosas y luego dormía, poca interacción para no decir nada tenía con su hija. Lo que yo me pregunto es ¿para qué concebir si no se va a querer? Me la pregunto día a día y la reafirmé más viendo esta situación. Hija única, despechada, solitaria, amargada, buenos sentimientos y corazón, orgullosa, humilde, materialista ya que no le quedó nada más. Saquen sus propias conclusiones, yo ya logré descifrar este acertijo. Si llora es porque las lágrimas son la sangre del alma y su alma quiere expresar, expresar descontento! Y descontento en un nivel al máximo, en la cima de los sentimientos encontrados y en el pasadizo secreto hacia la locura. No entiendo tampoco y nunca entenderé cómo nos piden cordura.

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