martes, 2 de agosto de 2011

Sabor a chocolate.

Vos sos como un regalo que me dió alguien apresurado, saliéndose del paso para que yo lo reciba con una sonrisa más grande, más falsa, pero para ti más tranquilizadora. Sí, porque fuiste inoportuno, tampoco te esperaba o te quería, pero llegaste y debo conservarte al menos en la repisa que está allá lejos. Quédate ahí y no te muevas, no suspires ni me digas nada al oído, sé como una estrella fugaz, llegas y te vas sin alcanzar a despedirme de tí, lo único que espero es que no te quedes con el nudo en la garganta, sin decirme algo porque tienes música, tienes cuerda y yo giré la perilla para que se escuche la danza. Sería fácil tirarte a la basura, pero también sería lo más sucio y predecible y si es algo en lo que me he esforzado es precisamente en eso, en no ser lo que tú esperas, ser tu condena y tu desesperación. Me gusta asustarte, te llevaré con mis amigos para que te acaricien el pelo, aún así quiero conocerte, no puedo decir que te conozco, sos un extraño, un extraño con sabor a chocolate en su boca. Y por eso siento una necesidad loca de querer acabar conmigo porque me consumes, creo que el fuego se terminó por apagar, o quizás yo misma lo soplé fuerte, es como una autodestrucción constante en la que no quiero verme afectada, pero accidentalmente a propósito logro verme ahí, lista para que la guillotina acabe con mi cabeza, llena de pensamientos retorcidos, y cosas inconclusas.

Tu hechizo de suave adicción.

1 comentario:

Sólo comente. Acepto todo tipo de comentarios,hasta insultos:D, amenazas, blah me da igual. Pero trate de que no sea aburrido, porque me aburro fácilmente c: Atte. Gracias