lunes, 8 de agosto de 2011

A veces, sí... mi pequeña trampita.

Sólo quería jugar, nada más y tú te aprovechaste de eso y lo tomaste a tu favor, ahora se siente como la decepción en persona, no sabe que esperar, no sabe si reír, no sabe si olvidar, no sabe si mover el esqueleto, no sabe si sentir precisamente adentro en su corazón el orgullo.
-Cierro los ojos y los apreto con fuerza porque no quiero verte más- dijo gritando.
-¿Me tienes miedo? Eres la persona más miedosa que conozco, enfrenta tus miedos y podrás decirme con firmeza que yo soy sólo una mierda que se atravesó en tu camino.
-Si eres una mierda-seguía con los ojos cerrados-, tengo los ojos cerrados porque no quiero ver al monstruo cruel que estoy comenzando a observar en todo tu cuerpo, llega hasta tu alma no sé si te has dado cuenta siquiera. Te tomaste la molestia de ser esa mierda, esa mierda que me hace falta y no puedo dejar atrás, pero créeme que te dejaré atrás cuando tú me comiences a necesitar.
Ella sabía perfectamente lo que quería, pero no encontraba la manera viable de ganar por ambos lados. De solamente divertirse pero a la vez tomarse las cosas con seriedad para que no crean que sólo es un chiste, un chiste preciso que quizás mañana pueda pasar de moda. Y no sabe si entregarse a lo que tiene a su disposición o seguir con la postura dura hasta el final, arriegándose a perder todo con una mala jugada, porque al fin y al cabo es así de fácil arruinar con un simple disparate mal empleado todo, ni siquiera valorando el tiempo en vano en que me tragué todo lo malo, hacía una bola de papel, me la metía en la boca y la escupía, una y otra vez. Ella quiere saber, quiere entender.
-Dime que me odias, lo prefiero para así correr y esconderme dándome cuenta del gran error que cometí. O perdona mi estupidez, lamentablemente soy humana. Pero me deja completamente loca que no me digas nada, que prefieras callarte y evadirme con una sonrisa desenfocada, por favor si aún algo quieres de este ser, habla claro. Aún así eres una bestia que diariamente me dice pensamientos muy creados, muy inventados, yo pensé que eras mejor y ahora estoy yo pidiendo disculpas cuando ambas partes son un error.
-Tal vez sea mejor tomarte la mano y darte un abrazo para que se te pase el frío del cuerpo, lo puedo sentir a la distancia.
Y ahora te presentas tú, llegando en el momento menos indicado, jurándole el beso más romántico de la historia, con todos los abrazos que quiera, pero no sé si te quiere de verdad, o eres su pequeña trampita para cuando necesite celos de su otro error ya cometido.
-Tú ya no estás invitado, tú tampoco. Déjenme vivir y no sólo existir. Existo porque vivo por el otro, ni siquiera ya por mí y tengo la elección de la felicidad, pero no sé por qué no me siento lista para escogerla, creo que me hace falta sufrir para superar mis miedos. Los dejé a los dos, los quise a los dos, fue el peor momento, quise cambiar pero no funcionó, ahora sólo me queda retirar mis cartas y asumir que perdí el juego. Luego estaré preparada para que otras trampas lleguen a mi casa implorando algo más que amistad.

1 comentario:

Sólo comente. Acepto todo tipo de comentarios,hasta insultos:D, amenazas, blah me da igual. Pero trate de que no sea aburrido, porque me aburro fácilmente c: Atte. Gracias