Odio los regalos.

Los odio porque generalmente a las personas que quiero y les tengo que regalar algo(muy pocas veces he regalado cosas por gusto) no se me ocurren regalos adecuados a lo que se merecen, no refiriéndome al costo de ellos si no que al significado, por eso casi siempre entrego regalos vacíos, sin un mensaje detrás y es demasiado deprimente. Por eso no sé qué cara poner cuando los reciben y los deben abrir, si una sonrisa falsa o una mirada levemente hacia un lado en sinónimo de cobardía a su respuesta final. Hay algunos a los que se les hace tan fácil, y pueden dejar tan felices a las personas, ojalá tuviera yo ese don (o un poquito de él). Por eso cuando me regalan algo a mi me pongo triste, o sea no triste, pero me deja pensante, no podría decir que un regalo no me puede llegar a gustar porque ya con el sólo hecho de hacerlo me parece atractivo (lindo), las sorpresas y no saber actuar.Odio caminar sola también (aunque no tiene nada que ver acá).