Ya no es tan sencillo como acostarse con alguien, o simplemente tener sexo. Ya todo va más allá de eso cuando se involucran sentimientos, por eso hicimos el amor le dijo ella. Claro que así era le respondió él, porque se amaban tan intensamente que para ellos hacer el amor era mirarse por 10 segundos, tomarse de las manos, acariciarse el pelo. No sé si será demasiado que ya no sea virgen a esta edad, y con él, que es tan mayor, tan mayor. No diré su edad ni la mía, pero sólo nos conectamos como dos almas que rondaban intranquilas buscándose a sí mismas y mejor aún que se hayan encontrado cada una, por su lado, solitarias, nos encontramos ambos, sintiéndonos más puros, aún así teniendo presente que nuestro amor físico se agravaba cada vez más, cada vez más rápido y ninguno tuvo apuro ni tuvo que apurar al otro, se dio por amor. Alguien nos paró en la calle y nos miró muy extrañado porque caminamos de la mano y nos dimos un beso, pero no de esos apasionados que salen en las películas románticas, sino que uno tranquilo, rápido, porque los dos sabemos que vendrían muchos más. Qué ganas tengo de besarte, qué ganas tengo de abrazarte todo un día, qué ganas tengo de ser tuya, completamente soy tuya y quiero que sea así cada segundo que pase y cada segundo que no esté contigo.